28.9.11

Siempre he creído que soy una infiltrada en las faldas, pero no porque me gusten las mujeres, sino porque simplemente no puedo entenderme con ellas. Hoy en clases de artes parecía como si nos entendiéramos como nunca, nuestros ojos humanos parecían cautivarse con los colores de los tarros de pintura, como cuando éramos pequeñas y nos picaban los dedos por abrirlos y esparcirlos en cualquier superficie (ahora todas lo evitan, todas cuidan sus uñas). Parecía que nos entendíamos hasta que comenzaron a hablar, las "conversaciones de chica" de las que siempre me siento ajena, no porque no sea femenina, es extraño, en ocasiones no lo entiendo. Mi mejor amiga es una chica, pero ella no es como todas las chicas, tampoco es como yo, pero nos entendemos bien. La supremacía está en reconocerse a sí mismo, el sexo es para sentir placer y tener hijos, me gusta conversar con chicos porque sólo esperan que sea simpática, que me depile el bigote y que huela bien, las miradas de las chicas son muy penetrantes, mucho más que la de los chicos.

26.9.11

- No temas que yo sea incapaz de comprender esas cosas, Sinclair. Sé muy bien que cuando pasea uno así, al atardecer, entre la niebla, con pensamientos otoñales, sientes siempre la comezón de hacer versos. Y naturalmente, versos sobre la naturaleza agonizante y la juventud perdida.

Demian | Hermann Hesse.

22.9.11

Mi bohemia

(Fantasía)
Me iba, con los puños en mis bolsillos rotos...
mi chaleco también se volvía ideal,
andando, al cielo raso, ¡Musa, te era tan fiel!
¡cuántos grandes amores, ay ay ay, me he soñado!

Mi único pantalón era un enorme siete.
––Pulgarcito que sueña, desgranaba a mi paso
rimas Y mi posada era la Osa Mayor.
––Mis estrellas temblaban con un dulce frufrú.

Y yo las escuchaba, al borde del camino
cuando caen las tardes de septiembre, sintiendo
el rocío en mi frente, como un vino de vida.

Y rimando, perdido, por las sombras fantásticas,
tensaba los cordones, como si fueran liras,
 de mis zapatos rotos, junto a mi corazón.

Arthur Rimbaud

Sensación

En las tardes azules de verano, iré por los caminos,
Picoteado por los trigales, pisando la hierba menuda:
soñador, sentiré su frescor bajo mis pies.
Dejaré que el viento bañe mi cabeza desnuda.
no hablaré; no pensaré en nada:
Pero el amor infinito me embargará el alma.
Y me marcharé lejos, muy lejos, como un bohemio,
Por la naturaleza —feliz como con una mujer.

Arthur Rimbaud

21.9.11

Cuando muera, me gustaría que me recordasen por mis malos hábitos.

Por esconderme del ruido, de las responsabilidades, del tiempo y de las personas. Por preferir mis precarios versos antes que la comunicación hablada y el éxtasis narrativo antes que la realidad. Por guardar cada cosa que me recordase un momento, y por amontonarlos en mi habitación, mi gran cápsula del tiempo.

Me gustaría que alguien reconociese mis escondites; las páginas en blanco, las palabras ajenas de escritores desconocidos, las mentes atemporales, las conversaciones periféricas.

Me gustaría que me recordasen en los momentos donde los caracoles hagan maratones en el concreto y donde los lunares de la lluvia, se multiplicasen en la ciudad.
Valparaíso es un lugar
perdido en el tiempo
que junta lo mejor
de todas las décadas,
y cuyas calles forman
un caleidoscopio
de parafernalia infinita.

Los ojos ligeros
de sus habitantes
describen su mente fresca
y llena de juventud,
y los zapatos de tierras ajenas
que pisan sus calles
forman el collage
que condimenta
sus vientos y mareas.

Insomnio

La soledad me acoge
en su recámara sellada al vacío.

El día es para todos,
el resto es para quienes quieren
seguir viviendo.

Los únicos sonidos
son los pasos en mi mente
de pensamientos caminando
 por pasillos laberínticos.

 Mi mirada cae al vacío
 sin importancia, sin relevancia
 y la noche es una bailarina
con estrellas tatuadas en el cuerpo.
El protocolo
es sólo una barrera mental.

En las profundidades de nuestra mente,
existe una nebulosa
que materializa la demencia.

Sobre el cuello de las personas
existe el infinito.

19.9.11

El capitalismo se apodera de nuestro nacionalismo, y por los aires se ven volantines con imágenes de personajes de la televisión infantil, y ese tipo de productos made in china.
Esos momentos nostálgicos, donde los adultos con sus juventudes desempolvadas de los 80 se mueven al ritmo de las baterías electrónicas y hits latinos de la época.
53. Soñé que volvía a los caminos, pero esta vez ya no tenía quince años sino más de cuarenta. Sólo poseía un libro, que llevaba en mi pequeña mochila. De pronto, mientras iba caminando, el libro comenzaba a arder. Amanecía y casi no pasaban coches. Mientras arrojaba la mochila chamuscada en una acequia sentí que la espalda me escocía como si tuviera alas.

Roberto Bolaño